Esta semana, hemos estado en Santiago de Compostela. ¡Qué ciudad! Tenemos un país maravilloso, lleno de sorpresas, rincones, gente super hospitalaria, y unos restaurantes alucinantes.
Hemos conocido el Restaurante Marcelo, un bar de tapas divertidas, creativas, con un toque japonés. Tanto el producto, como la calidad y la elaboración son bueniiiisimo. ¡Muy muy recomendable!
La primera foto es un plato que se llama “Gilda de Salmón” y la segunda es un “Xurel asado y ahumado”, riquísimo. Nos sentamos en una mesa grande para compartir, en un local decorado muy bonito, muy personal, y con la cocina a la vista. Los camareros son un diez, el trato es impecable, y su dueño, Marcelo, que siempre está allí, nos contó un poco su historia;
“Me llamo Marcelo y soy del 67. Mi hermana Sole, la pitonisa de la casa, cansada de verme pulular por los bajos fondos de Vigo me propuso irme a Santiago a estudiar para ser a maître d’ hotel pero realmente me había matriculado en cocIna…así empecé en la hostelería, de 1984 a 1989. Y funcionó, desde el minuto 5, aunque los 4 primeros son para olvidar!
La escuela fue fundamental para centrarme pero me sabía a poco por lo que los fines de semana y los veranos me iba a trabajar, gratis, para aprender de aquellos que querían enseñarme, desde el chiringo de playa hasta Arzak en el verano de 1988. A este último le debo una frase : “no es más listo el que más sabe sino quién menos se equivoca”… Yo, querido Juan Mari, soy mas bien de prueba/error. Siendo fiel a este método ideé una terrina de pulpo prensado en casa de Toñi Vicente, durante unas prácticas, motivado por lo que sería de una estética brutal pero que no resistió la prueba de fuego al probarla. Abandoné a la pobre terrina en manos de Toñi, que afortunadamente le dió una segunda oportunidad y supo convertirla en un icono de la cocina moderna en Galicia.
Luego vino mi etapa francesa buscando la ortodoxia, casi 10 años. Comencé por lo más bajo de la jerarquía a las ordenes de mi gran maestro Jacques Maximin y luego fueron Alain Ducasse y también Paul Bocusse. Terminé siendo chef en Marsella y en Toulouse con una primera estrella Michelin que vaya putada, no llegué a saborear, la heredó mi pastelero en el restaurante donde trabajaba pero uno es lo que es y hay que saber apechugar!!
Y me volví a Galicia donde me accidentalmente me re-convertí en profesor de cocina durante un curso mientras ideaba lo que sería Casa Marcelo. Una noche, después de una buena juerga, aparqué en la rua Hortas y vi un cartel en la cristalera de un bajo que se alquilaba. Sin pensarlo más me fuí a esperar a que abrieran un puesto de periódicos a las 7 de la mañana y me agencié una cartulina con la que cubrí el cartel para que nadie lo viese y a las 8 llamé al dueño. Casi 18 años después aquí estamos. Han pasado muchas, muchas cosas, he aprendido a darle una segunda oportunidad a las ideas lo que me ha permitido crear muchos y buenos platos, sin renunciar a mis principios, tengo dos hijos maravillosos, un equipo de fórmula 1 y si la salud acompaña toda la vida por delante!
Gracias a mis padres, a mi familia, a mis amigos y a los miles de clientes que han pasado por Casa Marcelo, que me han permitido ser quién soy.”
Que bien lo cuenta, ¿verdad?, que gusto da conocer sitios y gente nueva. Salí feliz.
Aunque…lo más complicado de la visita a su restaurante, es que estoy con un régimen y no pude comer y probar todo lo que me habría gustado; todavía sueño con una patata enrollada en un palillo que no pude probar, jajajajajajajaja… que desastre… jajajajajajaja
Este es Marcelo;
Y este es.. Pepe, en el restaurante (creo que estaba diciendo, algo así como: “Ya está Samantha haciendo fotitos con el móvil”)
Que genial, ¿verdad? ¿Veis la mesa alargada?. Llegas, te sientas, compartes, conoces gente nueva.. un planazo ;
Os dejo el contacto;
http://www.casamarcelo.net
besos
Samy
Que ganas de repetir experiencia y tan cerca que está siempre te quedas con ganas de probar algo más. El producto de diez la elaboración impresionante (sobre todo el pescado) y el trato familiar acogedor. #galiciacalidade