Banana Cake

Precalentamos el horno a 180º C.

Engrasamos un molde para bizcocho. Untamos con mantequilla y espolvoreamos con un poco de harina.

Introducimos en un bol los plátanos (que estén muy maduros), el azúcar y la leche. Machacamos con un tenedor hasta que quede un puré ligero pero en el que se noten los trozos de plátano, este puré es el que le va a dar al bizcocho ese toque delicioso, con un ligero dulzor pero no demasiado.

Tamizamos la harina para evitar pequeñas impurezas. Añadimos el bicarbonato (polvo de hornear o levadura química si no tenéis en casa) y sal al bol. Removemos juntando estos ingredientes.

En otro recipiente, mezclamos la mantequilla en pomada (a temperatura ambiente) y la esencia de vainilla hasta que esté cremosa, luego incorporamos los huevos uno a uno mientras mezclamos. Añadimos todo a la anterior mezcla, lo batimos bien hasta que quede una suave crema de bizcocho.

Una vez que tengamos la crema base viene el paso más importante, mezclar con los trozos de plátano machacados que repartiremos cuidadosamente con un tenedor por la crema para que se vean sus trocitos.

Vertemos la mezcla en el molde e introducimos las nueces picadas. La combinación nueces-plátano es insuperable, aunque también podéis emplear otros frutos secos que tengáis a mano, todo depende de vuestra ¡creatividad!

Horneamos el bizcocho en el horno precalentado a 180º C unos 40-45 minutos (tal como comenté en alguna otra receta, todo depende de vuestro horno, no todos son iguales ni calientan igual, siempre mirad con un tenedor, pinchando el bizcocho hasta que salga limpio y seco).
Los últimos 10 minutos tapad el bizcocho con un trozo de papel de aluminio para que no se os quede muy tostado.

Sacamos del horno y dejamos enfriar. Desmoldamos con cuidado, lo presentamos en una fuente y espolvoreamos azúcar glass y ¡a probarlo!