¡¡¡¡Food Morning!!!!
Uno de mis planes favoritos es ir al restaurante Etxebarri a comer, en pleno valle de Atxondo que parece que estás en mitad de Suiza por el verde intenso de los campo, la arquitectura de las casas y las vistas, está este impresionante caserío asador.
Tuvimos la suerte de que nos atendiera el enólogo Agustín Perís, uno de los mejores profesionales de este país, y que nos recomendó unos vinos espectaculares como el Barón de Chirel que tomamos para acompañar nuestros platos.
Probamos varios como la crema de queso de búffala, una mantequilla de leche de cabra ahumada, la gamba roja de Palamós, los primeros guisantes de las maresmas (de Cataluña porque en esta zona todavía no ha empezado la temporada) y como no, las ángulas a la brasa, que es el plato estrella de este asador, y ya sabéis que me encantan y de vez en cuando me pego el homenaje, y como colofón final no podía faltar una buena carne, una chuleta a la brasa increíble.
Producto al 100%, con el punto de cocción perfecto a la brasa, con un sabor súper intenso y natural, un servicio impecable con Bittor Arguinzoniz a la cabeza de las cocinas que tuvo el detalle de dejarnos ver su casa por dentro y las famosas brasas que dan ese sabor tan característico.
Por supuesto no me puedo olvidar de los postre porque tuve que probar y pedir todos los que había en carta, mis preferidos fueron: un hojaldre de crema, un pastel vasco de manzana con helados de crema de leche, una crema de chocolate con café que tuesta en sus brasas y una tarta de queso impresionante y un soufflé de chocolate blanco y negro.
Todo cuidado hasta el último detalle, pero manteniendo el sabor de los restaurantes de toda la vida. El cocinero ha querido guardar el bar mítico del pueblo, debajo del restaurante y donde puedes tomar unos pintxos los fines de semana riquísimos.
Siempre merece la pena ir a comer a este restaurantazo, nosotros nos hicimos 600kms desde Pedraza solo para darnos este placer… 😉
Un beso,
Samy
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