Abrimos los huevos para sacar las yemas y reservamos.
Limpiamos las alcachofas quitando todas la hojas verdes y con la ayuda de un cuchillo las torneamos hasta dejar solo la parte amarilla. Las reservamos en agua con hielo y perejil para evitar que se oxiden.
Calentamos el aceite y cuando este a punto empezamos a freír las alcachofas que habremos cortado muy finas con la ayuda de una mandolina añadiéndoles la sal una vez fritas.
Montamos el plato con las alcachofas calientes, lascas de queso manchego y la yema aliñada con el pimentón.
1 comentario
Y la yema la dejas cruda?